martes, 9 de marzo de 2010

Las olas



“El sol aún no se había alzado. Sólo los leves pliegues, como los de un paño algo arrugado permitían distinguir el mar del cielo. Poco a poco, a medida que el cielo clareaba, se iba formando una raya oscura en el horizonte que dividía el cielo del mar, y en el paño gris aparecieron gruesas líneas que lo rayaban avanzando una tras otra, bajo la superficie, cada cual siguiendo al la anterior, persiguiéndose una a otra, perpetuamente…“

Virginia Woolf

Archipiélago



(...) Mas, oh tú, de los mares señor inmortal, aunque el canto
de de los griegos no más, como antaño, en tus olas te loe,
canta en mí más y más; que el espíritu impávido
de los mares, al modo de los nautas, disfrute
su solaz, y la lengua de los dioses distinga,
y el vaivén de las horas; y así, si el tiempo voraz
sobreviene a segar la miseria y los yerros
de mi vida mortal, y entre los muertos a hundirla,
que la paz en el fondo de tus abismos encuentre.

F. Hölderling (Versión de Otto de Greiff)