domingo, 3 de julio de 2011

Jim Morrison - Fragmento entrevista de Lizzi James



(...)
L.J.- ¿Qué entiendes tú por libertad?

J.M- Existen diferentes tipos de libertad, se crean muchas confusiones... La forma de libertad más importante es ser lo que se es en realidad. Sacrificamos nuestra libertad por un papel y nuestros sentidos por un acto. Se abandona la habilidad de sentir, y a cambio se coloca uno una máscara. No podrá realizarse una revolución a gran escala hasta que no se realice la revolución personal, a nivel individual. Primero debe realizarse interiormente... se le puede privar a un hombre de su libertad política y no ofenderlo, pero privar a alguien se su libertad de sentir, eso puede destruirle.

L.J.- ¿Cómo puede alguien tener el poder de privarte de la libertad de sentir?

J.M- Algunas personas renuncian con gusto a su libertad, pero otras se ven obligadas a ello. La condena empieza en el momento del nacimiento. La sociedad, los padres, se niegan a permitir que conservemos la libertad que nos es dada al nacer. Existen métodos sutiles para castigar a quien se atreve a sentir. Te das cuenta de que todos los que te rodean has destruido la verdadera naturaleza de sus sentimientos. Imitamos lo que vemos.

L.J.- ¿Quieres decir que estamos en efecto luchando por defender y perpetuar una sociedad que priva a la gente de la libertad de sentir?

J.M- Desde luego... profesores, líderes religiosos, incluso amigos o presuntos amigos, continúan donde los padres abandonan. Nos piden que sintamos solamente lo que ellos esperan de nosotros. Nos piden continuamente que interpretemos sentimientos hacia ellos. Somos como actores perdidos en este mundo, vagando como fantasmas... buscando sin descanso la semiolvidada sombra de nuestra realidad perdida.

L.J.- ¿Crees que le es posible, a un individuo solo liberarse de esas fuerzas represoras por sí mismo?

J.M- Esa forma de libertad no se puede ceder. Nadie va a conseguirla por ti,debes hacerlo tú. Si buscas a alguien que lo haga por ti, todavía estarás dependiendo de alguien, y serás vulnerable a esas fuerzas represivas y oscuras. (...)


Fragmento del libro "Jim Morrison y The Doors" de Ines Vega.