(...) Como acción directa con los movimientos a favor de los derechos civiles, DeCarava sintió que sus fotografías tenían que “hablar alto” como muestra testimonial de la vida de los negros en América. Cuando en 1952 consiguió la beca de investigación que otorgaba la Fundación Guggenheim -primer fotógrafo negro que lo consiguió-, declaró que él no perseguía hacer documentos sociológicos, decía “mi trabajo es una creación expresiva, la clase de mirada interior y comprensiva de los negros que, según creo, sólo un fotógrafo negro puede interpretar”.
Cuadernos de Jazz