lunes, 5 de abril de 2010
La Balada del viejo marinero
(...) Día tras día, día tras día,
Varados, sin aire ni movimiento
Tan inerte como un barco pintado
Sobre un océano pintado.
Y el Albatros empieza a ser vengado.
Agua, agua, por todas partes,
Y todas las tablas se achicharraban
Agua, agua, por todas partes
Ni una sola gota para tomar. (...)
Samuel Taylor Coleridge, traducción de Karina Ángela Macció
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