domingo, 27 de febrero de 2011

Mark Twain



(...) “El poderoso río parecía un océano en reposo”, escribe Twain sobre la noche que los chicos eligen para la aventura. Allí se quedan, jugando, hasta que sienten nostalgia: al mismo tiempo, descubren un barco que hace atronar las aguas, y se dan cuenta que están buscando a algún ahogado y, en seguida, que los ahogados son ellos. Los creen muertos. Los chicos deliran de placer: van a esperar hasta el funeral entonces, y en efecto, los tres piratas hacen su aparición en medio de la ceremonia, para susto y escándalo del pueblo, que los considera unos desalmados aunque reconoce que se trató de una “broma” bien lograda. Ver el propio funeral es un sueño largamente acariciado por cualquier persona, porque todos queremos comprobar cuánto nos quieren, y quiénes nos quieren. Pero en Tom Sawyer los chicos están ensayando la vida. (...)


Mariana Enríquez


http://www.elinterpretador.net/33MarianaEnriquez-DosBrazasDeProfundidad.html