Cansados de la fotografía aséptica, Walker Evans y Dorothea Lange
intentan reflejar los cambios en una América empobrecida por la Gran
Depresión de 1929. Walker Evans convivió durante seis semanas con una
familia de aparceros de una granja de Alabama. Sus retratos, de una gran
dignidad, se publicaron en el libro Encontremos ahora hombres famosos
en 1941. El rostro hundido y la mirada perdida de la Madre emigrante,
que captó Dorothea Lange en 1936, se convirtió en el icono de una
generación.
En idéntica línea de realismo social, William Eugene Smith publicó en la
revista Life en los años cincuenta su serie de Un pueblo español.
Deleitosa, en Extremadura, y los primeros planos de tres guardias
civiles con sus tricornios dieron la vuelta al mundo. “Trato primero de
entender yo mismo la fotografía, después miro con pasión lo que quiero
fotografiar”. El periodismo humanista y de sentimientos de Smith dio
paso a la escuela de Concerned Photography, formada por una serie de
artistas comprometidos, tocados por la emoción y las ganas de
comunicarla.miércoles, 2 de noviembre de 2011
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