sábado, 3 de julio de 2010
La vida está en otra parte
(...) El hombre que ha sido desterrado del refugio seguro de la infancia, quiere entrar en el mundo, pero, al mismo tiempo, le teme, y por eso crea con sus versos uno artificial, supletorio. Deja que sus poemas giren en torno a él, como las plantas lo hacen alrededor del sol; se convierte en el centro de un pequeño universo, en el que nada le es extraño, en el que se siente en su casa, como el niño dentro de la madre, pues todo está hecho de la misma materia que su alma. Allí es donde puede realizar todo eso que afuera es tan difícil; allí puede, como el estudiante Olker, ir con las masas proletarias a la revolución, y como el virginal Rimbaud, azotar a sus pequeñas amantes, pero esas masas y esas amantes no están hechas de la materia hostil de un mundo extraño, sino de la materia de sus propios sueños; son, por lo tanto, lo mismo que él y no interfieren la unidad del universo que ha construido para sí mismo. "
Milan Kundera
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