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(...) "El Inspector se desabrochaba la bragueta y empieza a buscarse ladillas, y se pone un ungüento que lleva en un tarrito de cerámica. Está claro que la entrevista a terminado.
-¿No se irá usted, verdad? -exclama-. Bien, como dijo un juez a otro juez: "Sé justo si puedes ser justo, y si no puedes ser justo, sé arbitrario."
"Lamento no poder observar las obscenidades acostumbradas. -Levanta la mano derecha, cubierta de un apestoso ungüento amarillo.
Nuestro Reportero se abalanzaba para estrechar la mano pringosa entre la suyas.
-Ha sido un placer, Inspector, un placer inimaginable
-dice quitándose los guantes y haciéndolos una pelota que arroja a la papelera-. A cuenta de la empresa -sonríe.
William S. Burroughs (traducción: Martín Lendínez)
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