domingo, 19 de abril de 2020

La imagen de la desesperación.

Hace unos días me parecía que caminar en un espacio reducido era la propia imagen de la desesperación. Hoy, después de haber podido confirmar que caminar unos diez mil pasos estando cofinados es muy saludable, me he decidido a empreder ese camino. Cada dos horas camino por mi terraza, me da el sol y escucho Radio 3.
No es como imaginaba, ni como se ve desde fuera. En su día me parecia estar viendo ratones corriendo dentro de su jaula sobre una rueda estática. Hoy es el segundo día que lo practico y me siento mejor, lo cual quiere decir que ayuda a poder sobrellevar el aislamiento de una manera más decente, si es que existe esa posibilidad.

Un saludo a todos. 

jueves, 16 de abril de 2020

Cosas que me reconfortan.

Mantengo una rutina diaria para poder sobrellevar esta situación. Hago ejercicio todos los días, cocino mis alimentos de manera saludable, leo y hasta puedo practicar inglés con una nueva amiga británica. El té es algo indispensable estos días, me mantiene contento y entretenido durante un rato. Me he dado cuenta durante la cuarentena que el silencio se ha hecho mayor en el edificio, ayuda que el tráfico ha disminuido, pero en el interior de las viviendas no se oye los habituales vaivenes del ascensor, las distintas llamadas al telefonillo, cartero, cartero comercial, visitas, equívocos, etc. La música de los vecinos tampoco la oigo ahora, y la cacatúa de la vecina del cuarto derecha ya apenas es perceptible. Algunos siguen saliendo a aplaudir a las ocho... aunque nadie se suele asomar al balcón o a la ventana simplemente a observar.
Ayer vi en la azotea de un edificio a lo lejos, una persona caminando de un lado a otro infatigablemente y me pareció la metáfora de la misma desesperación. 

Saludos y mucho ánimo.

viernes, 10 de abril de 2020

Casi un mes encerrado

Esta fotografía está tomada en la biblioteca de la facultad de Ciencias de la Información hace meses. Todavía no sabía lo que nos esperaba y estaba preparando el First Certificate de Cambridge. Aunque la sensación que tenía esos días era muy parecida a la que siento hoy, a falta de 4 días para cumplir un mes de aislamiento, entonces la situación no era ni de lejos tan tremenda como lo es ahora mismo.
¿Por qué entonces he elegido esta imagen os preguntaréis? Pues porque representa de una manera bastante fiel como me siento.
Por aquel entonces, acababa de terminar los ejercicios de mi libro de entrenamiento y esperaba poder quedar a comer con una vieja amiga. Hacía unos años que no nos veíamos y me apetecía verla. Íbamos a ir al comedor de la Facultad de Medicina, donde se come muy bien, pero lamentablemente no pudimos hacerlo... y hasta hoy.
La llamé hace unos días... se encuentra bien.
Este blog no tuvo nunca la pretensión de convertirse en un diario, aunque similitudes no le faltan. Ahora creo que es un buen momento para ir contando como personalmente voy atravesando la situación que globalmente a todos nos tiene recluidos y preocupados.

Un saludo a todos, os deseo mucho ánimo.