jueves, 16 de abril de 2020

Cosas que me reconfortan.

Mantengo una rutina diaria para poder sobrellevar esta situación. Hago ejercicio todos los días, cocino mis alimentos de manera saludable, leo y hasta puedo practicar inglés con una nueva amiga británica. El té es algo indispensable estos días, me mantiene contento y entretenido durante un rato. Me he dado cuenta durante la cuarentena que el silencio se ha hecho mayor en el edificio, ayuda que el tráfico ha disminuido, pero en el interior de las viviendas no se oye los habituales vaivenes del ascensor, las distintas llamadas al telefonillo, cartero, cartero comercial, visitas, equívocos, etc. La música de los vecinos tampoco la oigo ahora, y la cacatúa de la vecina del cuarto derecha ya apenas es perceptible. Algunos siguen saliendo a aplaudir a las ocho... aunque nadie se suele asomar al balcón o a la ventana simplemente a observar.
Ayer vi en la azotea de un edificio a lo lejos, una persona caminando de un lado a otro infatigablemente y me pareció la metáfora de la misma desesperación. 

Saludos y mucho ánimo.