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jueves, 24 de marzo de 2011

Ovidio (43 a. C.- 17 d. C.)



"Las causas están ocultas. Los efectos son visibles para todos."

Ovidio

jueves, 20 de enero de 2011

Cormac McCarthy



(...) De Tennessee a Ibiza pasando por Alaska
McCarthy creció en Knoxville (Tennessee) en una respetable familia de abogados. Según él mismo cuenta en la única entrevista que ha concedido en toda su vida, no leyó un solo libro hasta los veintiún años, cuando se alistó en el ejército, lo destinaron a Alaska y sus alternativas de ocio se vieron drásticamente reducidas. Posteriormente pasó por la universidad, donde consiguió una beca que le permitió viajar por Europa y establecerse durante un año en Ibiza, en 1967. A continuación publicó su primera novela y se instaló en El Paso (Texas) donde, según se dice, vivió en moteles durante años hasta que se compró una diminuta casa en la parte trasera de un centro comercial. De las pocas cosas que se saben con certeza acerca de McCarthy es que siente un rechazo casi patológico a hablar de su vida, su obra o, en general, de literatura, no importa cuánto dinero le ofrezcan o lo mucho que lo necesite. (...)

http://www.ladinamo.org/ldnm/articulo.php?numero=11&id=282

sábado, 20 de noviembre de 2010

Walter Benjamin: ‘Cartas de la época de Ibiza’



A Jula Radt-Cohn
San Antonio, Ibiza, 24 de julio de 1933
Querida Jula:

(...) Hasta llegar aquí, mi forma de vida ha sido más inestable, dividida entre las posibilidades de trabajo insatisfactorias que encontraba en San Antonio y los entretenimientos en cierto modo bastante significativos que podían encontrarse en Ibiza. Pero un viaje de negocios necesario a Palma introdujo una cesura en mi estancia aquí. He conocido Mallorca este año mucho mejor dando largos paseos y viajando en coche. Ahora bien, por bonita que sea la isla, lo que pude ver allí no hizo sino reforzar mi apego a Ibiza que posee un paisaje incomparablemente más reservado y misterioso. Las imágenes más bellas de este paisaje quedan remarcadas por las ventanas sin cristal de mi habitación. Éste es el único espacio por ahora habitable de una casa en estado bruto en la que todavía hay que trabajar durante mucho tiempo y de la que yo seré el único habitante hasta que la finalicen. Al instalarme en este cuarto he reducido a un mínimo difícilmente superable los límites vitales de mis necesidades y gastos. Lo fascinante de todo el asunto es que todo sigue siendo lo bastante digno, y lo que echo en falta aquí no proviene tanto del lado del confort como de la ausencia de relaciones humanas.
Las relaciones que constituyen la crónica de la isla son para mí en su mayoría fascinantes, pero algunas veces también decepcionantes e insatisfactorias. (...)


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