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jueves, 30 de diciembre de 2010

Artículo Luis Antonio de Villena (fragmento)



(...) Yo quisiera hoy no sentirla ni verla (que pase de mí esta fátua navidad) y que en un futuro mundo más humano y pagano ( si es que llega alguna vez ese otro mundo, tan necesario) otra fiesta del “Sol Invictus” nos hallara más cultos, más abiertos, con una nueva moral y una nueva política, más solidarios, más libres, más humanistas y más humanos. Como dijo Ovidio: “Fortunae cetera mando”. Más o menos: Dejo el resto a la Fortuna. Ave atque vale.


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jueves, 7 de octubre de 2010

James Dean (fragmento artículo)


Dibujo gabrio76.
(...) fue “Rebelde sin causa” (Rebel without a Cause) de Nicholas Ray. Quizá tampoco el director - que también tuvo fama de vividor nada cobarde - se percató del todo del extraño producto que salía de sus manos. La historia de la insatisfacción de tres jóvenes norteamericanos - en 1955 - poco más que adolescentes casi todos, y que no saben muy bien qué hacer con una vida problematizada, que a ratos parece que les viene grande, porque en realidad les viene muy corta, y actúan como asfixiados que no supiesen cómo tomar aire…

A su turno los tres protagonistas de la cinta acabaron mal: Dean, muere en un accidente de automóvil, apenas estrenada la película. Natalie Wood, la muchachita delicada y sensible, enamorada del protagonista - Wood tenía 17 años cuando rodó “Rebelde sin causa”- pereció ahogada, junto a la Isla de Santa Catalina, en California, en extrañas circunstancias, en 1981. Y Sal Mineo ( el otro enamorado del protagonista, otro muchacho demasiado sensible y que oculta un secreto) murió asesinado - declinando su también rauda carrera de actor- en 1976. A partir de aquella película ( hablo de la imagen, no de la estricta realidad) la mejor juventud siempre se quiso “rebelde” y la palabra “perdedor” conocería un renovado prestigio. ¿Porqué no estaba bien ganar?. Porque sin duda - desde la mejor óptica romántica - el ganador, en cualquier asunto, siempre está manchado.

Ya los surrealistas habían celebrado la muerte joven, y los rockeros ( no sé si Jim Morrison o aplicado a él) dirían: “Vive deprisa, muere joven y dejarás un hermoso cadáver”. ¿Sin saberlo plenamente, es aún el mensaje de Lord Byron interpretado o reescrito por Arthur Rimbaud, el que sigue actuando todavía en el romántico imaginario juvenil, que la película de Nicholas Ray no hizo sino incrementar, mostrando distintos modos de una juventud insatisfecha?. No lo niego. Nadie mejor que el joven ( aún levemente fuera del Sistema, sólo preparándose para entrar) para ver cómo el engranaje de ese Sistema, despacio o deprisa, brusca o tranquilamente, suele deshacer cualquier esperanza de cambio. El joven alerta ve las trampas - más tarde, si entra a ellas, dirá que daban igual o que son inevitables- y comprende radiantemente la añagaza sin saber cómo deshacerla. Así es que todo joven que merezca ese nombre - y aún estoy por decir que esa estética - deberá ser rebelde. Y acaso, si tiramos un poco de la soga, no le importará perecer en el intento. Recordemos a River Phoenix a Kurt Cobain, y aquel adagio griego que rezaba: “A quienes los dioses aman, mueren jóvenes”.

¿Debemos extraer alguna razón moral de todo lo antedicho?. No era mi intención. Yo he querido, sólo, recordar que van a cumplirse 50 años del fallecimiento de James Dean a sus 24 años, y que muchos rasgos de la estética y de la actitud juvenil, apenas han variado desde entonces. Ciertamente hay jóvenes piadosos y jóvenes delincuentes, pero ni unos ni otros son el tema de la reflexión que propongo. Yo les sugiero, nada más, que piensen - al hilo de este cincuentenario - cómo es posible que viva aún, tan viva, la rebelión romántica. ¿Qué va mal en nuestra vida cómoda, como entonces?.

http://www.luisantoniodevillena.es/

lunes, 27 de septiembre de 2010

Arthur Rimbaud



Arthur Rimbaud (Charleville, 20 de octubre de 1854 – Marsella, 10 de noviembre de 1891)
(...) Abierto a probarlo todo y a epatar a toda clase de burgueses y sacristanes, Rimbaud está detrás de toda la inquietud y el nihilismo de parte de la mejor juventud occidental de los últimos años. Imagen, santo y seña de la rebelión joven y del inconformismo, para leer o gustar de Rimbaud no hemos de hacer ningún viaje al pasado, por fructífero que fuere; Rimbaud sigue estando aquí y ahora. Desde el “místico en estado salvaje” de que hablara Claudel hasta los “bad boys” de tantas películas y novelas de hoy, incluso trivializados o estetizados en la moda, que ha puesto ojeras y delgadez y pelo revuelto a lo chicos guapos de las pasarelas… Complementario y mucho más vivo que el Ché Guevara, Rimbaud no representa la revolución que ha sido dogmática y ahora parece imposible. Representa la revuelta, la insumisión siempre frente a lo establecido. Tal es su éxito y su eternidad, sin olvidar (por supuesto) que se trató, además, de un poeta de primerísima fila. “Por delicadeza, perdí mi vida”.

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domingo, 6 de junio de 2010

Peter Orlovsky




(...) Lo que Ginsberg llamó su “matrimonio” duró desde 1954 hasta el mismo día de su muerte en brazos de su amado. Y el poeta trató de explicarlo más de una vez (más tradicional en esto que en los cánticos “beats”, pero el secreto estaba en combinar ambas cosas) declarando que la fórmula de su larga relación con Orlovsky no estaba en el sexo –que existía cuando tenía que existir- sino en el compañerismo y en el afecto mutuos. Ginsberg necesitaba a Orlovsky y este (aunque tuvo otras relaciones y varias femeninas) nunca le abandonó. Allen llegó a declarar “no quisiera irme al cielo dejando a Peter en la tierra solo, porque él nunca me dejó solo si estaba enfermo en cama, si me moría, si envejecía o si tenía un calentón o simplemente reuma…” (...)

http://www.dosmanzanas.com/2009/12/allen-ginsberg-y-peter-orlovsky-continuidad-en-la-turbamulta.html

miércoles, 5 de mayo de 2010

Decadencias Fernando Vallejo y El Apocalipsis




(...) Este mundo es una mierda y va de mal en peor, porque los políticos son zafios y la hez de la clase, porque los pobres son tontos y se dejan manejar, porque todo es rapiña, trepadurismo y violencia, y porque la superpoblación (vuelve a Malthus) es el gran enemigo del orbe, de la civilización y de la Tierra misma. Todo es desastre y más desastre y por eso lo que más odia Vallejo (aparte de la Iglesia católica contra la que escribió un libro muy duro, “La puta de Babilonia”) es a una mujer embarazada, que no le produce ternura ninguna, sino horror. Bien –dirán- y qué se salva de tan agónico y sucio y maniobrado apocalipsis: sólo los benditos animales (hay un lado dulcemente franciscano en Vallejo) y la hermosura de los varones jóvenes, flores de adolescencia crecida, que pocos años, muy pocos años (mientras no muden o los mude el tiempo) serán el mejor, el casi único ornato de la vida. (...)


DECADENCIAS
FERNANDO VALLEJO Y EL APOCALIPSIS por LUIS ANTONIO DE VILLENA