"Cuando somos fortísimos, -¿quién se echa atrás? Estamos muy alegres, -¿quién se cae de ridículo? Cuando somos malísimos, -¿qué harían con nosotros? Engalánate, danza, ríe. -Nunca seré capaz de tirar el Amor por la ventana."
(...) People tell me it's a sin To know and feel too much within. I still believe she was my twin, but I lost the ring. She was born in spring, but I was born too late Blame it on a simple twist of fate.
Bob Dylan (Blood on the Tracks, 1975)
La gente me dice que es pecado saber y sentir demasiado interiormente yo todavía creo que ella era mi alma gemela pero perdí el anillo ella había nacido en primavera pero yo nací demasiado tarde échale la culpa a un simple giro del destino.
"¿Por qué, si es posible llevar el plazo de la existencia como un laurel, un poco más verde que todo lo otro verde, con pequeñas ondulaciones en la orilla de cada hoja (como una sonrisa del viento): por qué, entonces, tener que ser humanos -y, evitando el destino, anhelar destino?..."
Rainer María Rilke
(Praga, 1875 - Suiza, 1926)
Versión de José Joaquín Blanco
(...) The drunken politician leaps Upon the street where mothers weep And the saviors who are fast asleep, They wait for you. And I wait for them to interrupt Me drinkin' from my broken cup And ask me to Open up the gate for you. I want you, I want you, I want you so bad, Honey, I want you. (...)
(...) El político borracho que brinca por las calles donde las madres gimotean y los salvadores que están profundamente dormidos, te esperan y yo espero que ellos acaben con mi beber en una copa rota y me pidan que te abra la puerta. te deseo, te deseo, te deseo tanto, cariño, te deseo. (...)
El Mediterráneo tiene un sentido trágico solar, que no es el mismo que el de las brumas. Ciertos atardeceres-- en el mar, al pie de las montañas--, cae la noche sobre la curva perfecta de una pequeña bahía y, desde las aguas silenciosas, sube entonces una plenitud angustiada. En esos lugares se puede comprender que si los griegos han tocado la desesperación ha sido siempre a través de la belleza y de lo que ésta tiene de opresivo. En esa dorada desdicha culmina la tragedia. Nuestra época, por el contrario, ha alimentado su desesperación en la fealdad y en las convulsiones. Y por esa razón, Europa sería innoble, si el dolor pudiera serlo alguna vez. (...)
(...) ¡Un Tedio, desolado por crueles esperanzas, Cree aún al supremo adiós de los pañuelos! Y, quizás, los mástiles, invitando a las borrascas Son los que un viento inclina sobre los naufragios Perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni fértiles islotes... ¡Pero, oh corazón mío, escucha el canto de los marineros! (...)
"Para saber de amor, para aprenderle, haber estado solo es necesario. Y es necesario en cuatrocientas noches -con cuatrocientos cuerpos diferentes- haber hecho el amor. Que sus misterios, como dijo el poeta, son del alma, pero un cuerpo es el libro en que se leen."