sábado, 20 de marzo de 2010

Alquimia



El pájaro de alas azules
se posa sobre la silla amarilla
La primavera ha llegado


Gregory Corso

viernes, 19 de marzo de 2010

La Odisea


Escultura Jorge de Oteiza

«Ya terminó este inofensivo certamen; ahora veré si acierto a otro blanco que no ha alcanzado ningún hombre y Apolo me concede gloria.»

Así dijo, y apuntó la amarga saeta contra Antínoo. Levantaba éste una hermosa copa de oro de doble asa y la tenía en sus manos para beber el vino. La muerte no se le había venido a las mientes, pues ¿quién creería que, entre tantos convidados, uno, por valiente que fuera, iba a causarle funesta muerte y negro destino? Pero Odiseo le acertó en la garganta y le clavó una flecha; la punta le atravesó en línea recta el delicado cuello, se desplomó hacia atrás, la copa se le cayó de la mano al ser alcanzado y al punto un grueso chorro de humana sangre brotó de su nariz. Rápidamente golpeó con el pie y apartó de sí la mesa, la comida cayó al suelo y se mancharon el pan y la carne asada.

Los pretendientes levantaron gran tumulto en el palacio al verlo caer, se levantaron de sus asientos lanzándose por la sala y miraban por todas las bien construidas paredes, pero no había en ellas escudo ni poderosa lanza que poder coger. E increparon a Odiseo con coléricas palabras:

«Forastero, haces mal en disparar el arco contra los hombres; ya no tendrás que afrontar más certámenes, pues te espera terrible muerte. Has matado a uno que era el más excelente de los jóvenes de Itaca; te van a comer los buitres aquí mismo.»



© Apocatastasis: Literatura y Contenidos Seleccionados

jueves, 18 de marzo de 2010

Illuminations (Phrases) 1874




"Cuando somos fortísimos, -¿quién se echa atrás?
Estamos muy alegres, -¿quién se cae de ridículo?
Cuando somos malísimos, -¿qué harían con nosotros?
Engalánate, danza, ríe. -Nunca seré capaz de tirar
el Amor por la ventana."



Arthur Rimbaud

miércoles, 17 de marzo de 2010

Simple Twist of Fate



(...) People tell me it's a sin
To know and feel too much within.
I still believe she was my twin,
but I lost the ring.
She was born in spring,
but I was born too late
Blame it on a simple twist of fate.



Bob Dylan (Blood on the Tracks, 1975)


La gente me dice que es pecado
saber y sentir demasiado interiormente
yo todavía creo que ella era mi alma gemela
pero perdí el anillo
ella había nacido en primavera
pero yo nací demasiado tarde
échale la culpa a un simple giro del destino.



Las Elegías de Duino (1922)


Escultura, Jorge de Oteiza Enbil


La novena elegía

"¿Por qué, si es posible llevar el plazo de la existencia
como un laurel, un poco más verde que todo
lo otro verde, con pequeñas ondulaciones en la orilla
de cada hoja (como una sonrisa del viento): por qué,
entonces, tener que ser humanos -y, evitando el
destino, anhelar destino?..."



Rainer María Rilke
(Praga, 1875 - Suiza, 1926)
Versión de José Joaquín Blanco

martes, 16 de marzo de 2010

i want you



(...) The drunken politician leaps
Upon the street where mothers weep
And the saviors who are
fast asleep,
They wait for you.
And I wait for them to interrupt
Me drinkin' from my broken cup
And ask me to
Open up the gate for you.
I want you, I want you,
I want you so bad,
Honey, I want you. (...)


(...) El político borracho que brinca
por las calles donde las madres gimotean
y los salvadores que están
profundamente dormidos,
te esperan
y yo espero que ellos acaben
con mi beber en una copa rota
y me pidan
que te abra la puerta.
te deseo, te deseo,
te deseo tanto,
cariño, te deseo. (...)




http://www.goddylan.com

El exilio de Helena (ensayo, 1948)




El Mediterráneo tiene un sentido trágico solar, que no es el mismo que el de las brumas. Ciertos atardeceres-- en el mar, al pie de las montañas--, cae la noche sobre la curva perfecta de una pequeña bahía y, desde las aguas silenciosas, sube entonces una plenitud angustiada. En esos lugares se puede comprender que si los griegos han tocado la desesperación ha sido siempre a través de la belleza y de lo que ésta tiene de opresivo. En esa dorada desdicha culmina la tragedia. Nuestra época, por el contrario, ha alimentado su desesperación en la fealdad y en las convulsiones. Y por esa razón, Europa sería innoble, si el dolor pudiera serlo alguna vez. (...)


Albert Camus, El verano, Alianza Cien.